domingo, 19 de septiembre de 2010

Impacto del efecto invernadero en la naturaleza

La mayor parte de la energía utilizada en los diferentes países proviene del petróleo y del gas natural. La contaminación de los mares con petróleo es un problema que preocupa desde hace muchos años a los países marítimos, sean o no productores de petróleo, así como a las empresas industriales vinculadas a la explotación y comercio de este producto. Desde entonces, se han tomado enormes previsiones técnicas y legales internacionales para evitar o disminuir la ocurrencia de estos problemas.


Los derrames de petróleo en los mares, ríos y lagos producen contaminación ambiental: daños a la fauna marina y aves, vegetación y aguas. Además, perjudican la pesca y las actividades recreativas de las playas. Se ha descubierto que pese a la volatilidad de los hidrocarburos, sus características de persistencia y toxicidad continúan teniendo efectos fatales debajo del agua. Pero, no son los derrames por accidentes en los tanqueros o barcos que transportan el petróleo, en alta mar o cercanía de las costas, los únicos causantes de la contaminación oceánica con hidrocarburos. La mayor proporción de la contaminación proviene del petróleo industrial y motriz, el aceite quemado que llega hasta los océanos a través de los ríos y quebradas. Se estima que en escala mundial, 3.500 millones de litros de petróleo usado entran en ríos y océanos y 5.000 millones de litros de petróleo crudo o de sus derivados son derramados. Los productos de desechos gaseosos expulsados en las refinerías ocasionan la alteración, no sólo de la atmósfera, sino también de las aguas, tierra, vegetación, aves y otros animales. Uno de los contaminantes gaseosos más nocivo es el dióxido de azufre, daña los pulmones y otras partes del sistema respiratorio. Es un irritante de los ojos y de la piel, e incluso llega a destruir el esmalte de los dientes.
Impacto ambiental al medio natural: Impacto de carácter irreversible provocado por una empresa extractora de yeso en El Cajón del Maipo-Chile, ruta G-25, pre-cordillera de Santiago de Chile.

impacto del efecto invernadero en la economia

El aumento de los gases de efecto invernadero (GEI), asociado a los procesos industriales, está ocasionando que el PIB de los países de la América Latina se desgaste y profundice en los problemas económicos.

Así lo concluye informe "La economía del cambio climático en América Latina y el Caribe" de la Comisión Económica para América Latina (Cepal).

El documento, que será presentado hoy en Copenhague, reseña cómo el cambio climático está afectando el bolsillo de las naciones latinoamericanas y cómo los organismos multilaterales buscan soluciones.

La secretaria Ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, señala en la introducción del documento que las economías de la Región tienen un reto para mitigar los efectos del cambio climático, que incluye costos de adaptación, un crecimiento económico sostenido y la creación de empleo que va relacionada a la reducción de la pobreza.

Según Bárcena, los países de la Región deben forjar un futuro a partir de las medidas que se tomen, aprovechar la oportunidad para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y encaminarse hacia un estilo de desarrollo sostenible.

La directiva recalca que los sectores públicos y privados deben contribuir de manera activa y no diferencial a los procesos de ajuste para una atmósfera viable.

EFECTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN LA SALUD


El ser humano está ocasionando modificaciones sin precedentes en el medio ambiente global. El desarrollo económico se ha acompañado del uso de combustibles fósiles que han provocado el denominado "efecto invernadero", principalmente por la generación de dióxido de carbono y metano, lo cual tiene implicaciones en el clima mundial. Desde la década de 1850, momento en el que se empezaron a registrar las temperaturas, la tierra se ha recalentado aproximadamente 0.6 oC, circunstancia que se ha producido principalmente en las 3 últimas décadas. El Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (IPCC) ha estimado un incremento de la temperatura entre 1,8 y 5,8 ºC, y de los niveles marinos entre 9 y 88 cm durante el próximo siglo. Probablemente, el calentamiento será más evidente en los polos que en el ecuador. El tiempo de permanencia del dióxido de carbono en la atmósfera es superior a 100 años; por ello, nuestros actos afectan a las perspectivas de las futuras generaciones.
El IPCC concluyó: "Hay una gran evidencia de que las modificaciones regionales en el clima, particularmente los aumentos de la temperatura, han afectado ya a un conjunto diverso de sistemas físicos y biológicos en muchas partes del mundo". El deshielo precoz en ríos y lagos y los movimientos de las plantas y animales hacia altitudes superiores constituyen algunos ejemplos de ello. Hay también la posibilidad de que se produzcan cambios a gran escala y potencialmente irreversibles en los sistemas de la Tierra, como el enlentecimiento de la circulación de los océanos, que produce el trasporte de agua cálida al Atlántico Norte, el deshielo a gran escala de Groenlandia y de los bloques de hielo del Antártico oeste, lo cual puede provocar un calentamiento acelerado global debido a las retroalimentaciones positivas del ciclo del carbón (p. ej., liberación de metano desde la tundra ártica derretida). La posibilidad de estos episodios posiblemente es muy baja, aunque es probable que afecten a la velocidad y la duración del cambio climático.